sábado, 16 de mayo de 2009

A-GAYS

¿UN ALFA GAY?
Les presento a los Alfa. Son los A-gays. Con dinero, exitosos, educados y cómodos consigo mismo, se están convirtiendo en el nuevo arquetipo de la masculinidad cosmopolita. No llevan consigo ruidosos perritos miniatura ni habitan hoteluchos en Miami; más bien, tienen perros labradores y son dueños de residencias de cuatro dormitorios en Sag Harbor, New York. En vez de parar de “cruising” por bares gays, viajan a esquiar a Aspen, a tomar un poquito de sol en la isla italiana de Capri o a TED conferences, es decir con contenidos de tecnologías, entretenimiento y diseños.
No desean ser parte de ningún tipo de grupos de closet o pandillas envueltas en terciopelo y brillos. Sus trajes Savile Row son impecables. Jamás compran ropa colgada en perchas de grandes almacenes tipo Falabella o Wallmart y amueblan sus casas con bellísimas piezas de colección como las de Claude Lalanne..
Ellos conducen sus Lexus o Audis cuando se dirigen a sus clases de autodefensa. Leen cuatro diarios por día, incluyendo el Wall Street Journal, simplemente porque son envidiables emprendedores y son sus propios jefes; no son empleados de nadie. A menudo son atléticos, nunca reinas de los esteroides. Y pueden rodearse de “acompañantes” mucho más jóvenes que ellos sin parecer viejos espantosos. Los artistas y fotógrafos se les acercan con sus últimas obras. Los comités de todo tipo de caridades les ruegan para que sean sus patrocinadores y pertenezcan a sus consejos de administración. Algunos, como una pareja en New York, en la que uno es abogado y el otro chef, no son simples ni eventuales espectadores de la ópera, son más bien sus benefactores. Otros, sólo se rodean de círculos Wasp, que son las iniciales de “blancos, anglo-sajones y protestantes”..
Aún, aquellos A-gays con niños adoptados son capaces de encontrar tiempo para perfeccionarse y transformarse constantemente en los más saludables, estilizados y mejores versiones de sí mismos. Las barreras culturales que en alguna época los vedaban, han sido derribadas; pero en vez de enarbolar banderas de arco iris, ellos mantienen una sutil privacidad en torno a su sexualidad. Viven “afuera”, pero sin gritarlo a voz en cuello. Son orgullosos pero discretos, han trascendido su “gayicidad” en la misma forma en que Obama ha trascendido su propia raza.













Y de seguro, empezará la discriminación entre los mismos gays. Hoy no basta ser un gay cualquiera, hay que diferenciarse del resto. Se ha consolidado una nueva aspiración: ser un Alfa gay. Un nuevo closet; más exquisito, claro. Una nueva legión. Una nueva forma to be. Nada de low-price gays. Nada de montones igualados..
¿Qué dices? ¿Wanna be one of them?

by Vicho. (jglm23@hotmail.com)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DEJEN SUS COMENTARIOS!